A lo largo de nuestra vida hemos vivido varias Navidades, tantas que
cuando llega la siguiente Navidad hasta se nos hace rutinaria.
La convivencia en la misma casa, el primo que siempre habla de lo mismo y
la tía que cada año lleva el mismo guisado. Muchas veces lo cotidiano
no nos permite ver lo extraordinario.
Así que está Navidad
quiero desearte que puedas maravillarte con todas las bendiciones que
hay a tu alrededor y que por la costumbre pasan desapercibidas, quiero
desearte que te sientas lleno de amor
por poder abrazar a los tuyos, que te sientas agradecido por tener
comida para compartir, quiero desearte sonrisas y sobre todo que renazca
en ti la magia de saberte vivo y la conciencia de que estar vivo es un
regalo maravilloso. Que valores los instantes y momentos, que disfrutes a
las personas, que en vez de ver que la tía trae la misma ensalada de
siempre, veas que aún existe la tía, pues te aseguro que cuando ella
falte extrañarás su platillo en las Navidades.
La vida es agridulce y todos vivimos cosas que nos marcan, que nos
duelen, que nos ponen tristes, deseo que tengamos la capacidad y la
fuerza para aprender a ver en esas cosas el sentido y la enseñanza que
traen a nuestra vida y que a pesar de ellas podamos seguir sonriendo y
disfrutando los momentos.
Hoy te digo Feliz Navidad y aunque en
estas fechas es una frase trillada, desde mi corazón deseo que todos los
buenos deseos de esta fecha se multipliquen en luz y amor para cada uno
de ustedes que de alguna u otra manera están en mi camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario