Algo que he aprendido en este proceso del cáncer es a sentirme
agradecida por cosas que anteriormente ni siquiera les prestaba
atención, a veces vivimos tan de prisa que se nos olvida dar las
gracias, se nos olvida decir te quiero, nos centramos tanto en nosotros
mismos que dejamos de ver y reconocer al otro.
Rara vez le
decimos a nuestros amores que son maravillosos, que iluminan nuestra
existencia, que los amamos damos por sentado que no es necesario
hacerlo, pero cuando la vida te pone en
una situación como el cáncer, donde tomas conciencia de que no eres
eterno y que las personas que te rodean tampoco son eternas es cuando
recuerdas lo importante que es abrazar, dar las gracias, celebrar,
disfrutar, reír, ver al otro y honrarlo.
Así que el día de hoy estas palabras son para honrar, agradecer y reconocer a la mujer más maravillosa que conozco.
Cuando la gente me dice que soy una persona muy fuerte y muy valiente,
yo pienso que no han conocido a mi madre, ella es la mujer más fuerte y
valiente del mundo, ella es la persona que aunque todo parezca gris
quien sabe cómo lo ilumina. Es alguien a la nunca he visto derrotada, ni
darse por vencida, alguien que a pesar de no ver caminos ni salidas se
las ingenia y los construye y además lo hace con una sonrisa. Mi mama
hace que la vida sea mágica, siempre tiene las respuestas, siempre tiene
las palabras, siempre sabe cómo hacerlo, y si no lo sabe tiene una fe
tan grande que sabe que de alguna manera se va realizar.
Es una
mujer con un corazón enorme que solo con su sonrisa le alegra el día a
cualquier desconocido. Siempre dispuesta a ayudar, siempre dando,
siempre compartiendo.
Cuando volteo atrás y veo todo el proceso
por el que he pasado tengo la certeza que no estaría donde estoy y que
no hubiera tenido la fuerza para lograrlo si ella no hubiera estado a mi
lado, en cada quimio, en cada lagrima, en cada consulta, en cada
noticia. Ella es una verdadera guerrera que se puso delante de mí para
ahuyentar al miedo, se armó de valor y calló a sus temores para decirme
que todo estaría bien, convoco a no sé a cuantas personas para que
oraran por mí a cada paso, nunca me soltó la mano y con su ejemplo me
enseño como aceptar y construir el camino.
Así que el día de hoy
mi corazón esta dichoso, lleno de amor y agradecimiento por la mujer
más grande que conozco: mi mama, y hoy en su cumpleaños celebro y honro
su vida y la dicha de hoy poderle decir lo mucho que la amo.
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