Dicen por ahí que el amor es la fuerza que lo sana todo. Ojala y existieran quimioterapias de amor y el cáncer se curará solo con besos o cariños. Lo maravilloso de transitar este camino de sanación es que las muestras de amor que vas encontrando son las que te van dando fuerza para seguir y te das cuenta de repente que estás rodeado de amor. El amor está en la enfermera que te hace reír mientras te pica, en la compañera de batalla en la que te reflejas e identificas, en el amigo que te escucha, en la familia que te acompaña, en la pareja que te toma de la mano y no te deja sola, el amor está dentro de ti cuando te levantas cada mañana, el amor está en las bendiciones que recibes, en las palabras de aliento, en las muestras de fe, en los ángeles que Dios pone en tu camino. Y entonces de repente entiendes que cuando nada tiene sentido, cuando el proceso se hace difícil el amor que está alrededor es el que sana, tal vez no el cuerpo pero si el alma.
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