miércoles, 21 de noviembre de 2018

Recuperación

Hace un par de semanas di uno de los pasos que más me aterraban en este camino ya que para mí era entrar a un terreno oscuro y desconocido. Y es que palabras como: cirugía, anestesia, dolor, no provocan emociones agradables y los días previos a que me internaran tuve que hacer las paces con el miedo y pensamientos catastróficos para que cuando llegara el momento pudiera estar lo más tranquila posible y que la fe y la confianza en Dios y en los médicos fueran más fuertes que el miedo.
Esta etapa del camino de la cirugía y recuperación me ha enseñado varias cosas:
En primer lugar comprobé lo que bien dicen por ahí: “La Unión hace la fuerza” pues yo, realmente sentí el amor y las oraciones de todas las personas que me acompañaron. Fueron tantas las bendiciones y oraciones que recibí que para mi sorpresa cuando llegué al quirófano estaba tranquila y con la certeza de que todo saldría bien, de repente, cuando me estaban preparando y acomodando por un instante los nervios se empezaban a sentir y mi Doctorcita me tomó de la mano y gracias a eso supe que todo estaría bien, a través de ella sentí el amor de Dios y la fuerza que cada uno de ustedes me mandó, respiré profundamente y me dejé llevar, flojita y cooperando y cuando uno coopera con la vida todo marcha bien.
El camino continúa con la recuperación en donde realmente estoy aprendiendo a ser paciente, decidí que el tiempo en que trajera los drenes, iba a ser un tiempo de silencio y re-construcción para mí, han sido días largos y a veces tediosos en donde mis ganas de tener el control a veces me impacientan, en donde por momentos me he querido arrancar las mangueras, en donde he sentido el dolor y me pregunto ¿Por qué yo?, en donde me canso de no hacer nada, y entonces recuerdo que este es un camino, y que a veces en el camino para poder seguir hay que descansar, hay que recuperar fuerzas, hay que dejar lo que no nos sirve y sobre todo hay que darnos cuenta en qué lugar del camino estamos, sabiendo que para poder continuar caminando hay que estar fuertes y que los callos y ampollas de los pies deben sanarse. Así que tomo conciencia del lugar y el momento en donde estoy, respiro y de nuevo coopero con la vida.
También entendí que a veces en el camino no podemos solos y necesitamos ayuda, estas mangueras me han recordado lo importante que es ser humilde me han ayudado a desarrollar conciencia de mis propias limitaciones y debilidades, y obrar en consecuencia, me han permitido recibir la ayuda, apoyo y amor que necesito en estos momentos para terminar de reconstruirme.
Así que, aquí estoy celebrando el paso dado, recuperándome, tomando un respiro en el camino para poder continuar, aprendiendo a recibir y agradecida por todo lo que he recibido…. Salí de la cirugía sin senos pero con el corazón tan lleno de amor que no sentí que algo me faltara.

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