jueves, 13 de diciembre de 2018

Vísperas Navideñas

Hace un año en estas vísperas navideñas, acababa de recibir la noticia de que tenía cáncer, estaba tan espantada, con tanto miedo a todo lo que podía pasar que me sentía paralizada.
Recuerdo que el pensamiento de que sería mi última Navidad me torturaba constantemente, veía a mi madre y mi familia y el corazón se me helaba, me tragaba las lágrimas, estaba aterrorizada. Anhelaba que mi marido me abrazará y me asegurará que todo estaría bien y yo poderlo creer, aunque su mirada estuviera tan preocupada.
Fingía que nada pasaba, secaba mis ojos, no quería que nadie me dijera nada y pensaba que si no hablaba del cáncer este se iba a desaparecer como por arte de magia.
Me sentía tan desolada, no entendía nada, solo quería despertar y que todo hubiera sido un mal sueño, o que apareciera alguien que me rescatará. Por eso recé, peregriné, ofrecí, prometí, negocié, con Dios, con la vida, con la Virgen, con quien fuera… para que todo estuviera bien, para que hubiera un milagro, para tener la oportunidad de vivir lo que por apatía, cansancio, desidia no había vivido, para poder complicarme menos la vida y disfrutarla más….recuerdo que pedía tanto que no fuera mi última Navidad, que ahora un año después en estas vísperas navideñas los ojos se me vuelven a llenar de lágrimas, pero a diferencia, esta vez son lágrimas de dicha, de agradecimiento, de crecimiento, de paz, porque encontré quien me rescató, encontré quien llenó de valor mi corazón y me sacudió las piernas y me puso en movimiento, encontré a Yahel y a su fuerza, a la Yahel que enfrentó sus miedos y conoció sus capacidades, encontré a la Yahel que entendió que aunque la vida es absolutamente incierta ella tenía la posibilidad de hacer las paces con esa incertidumbre y así poder complicarse menos y disfrutar más.
He de confesar que no ha sido fácil, ha requerido de mucho esfuerzo, de momentos de dolor, llanto, soledad, he requerido de palabras, de otros, de paciencia, de amor, ejemplos, mucha ayuda y sobre todo de soltar, aceptar y cooperar con lo inevitable.
Un año después aquí estoy, con un camino andado y avanzando, continúo con mi tratamiento y aprendiendo, estoy por empezar 25 sesiones de radioterapia y los miedos y la incertidumbre siguen presentes, sigue habiendo días en los que no entiendo nada, sigo queriendo que me abracen y me digan que todo va a estar bien.
Ahora que llevo un año en este “Camino del cangrejo” he aprendido a abrazarme a mí misma, el camino me ha enseñado que primero hay que caminar hacia dentro para poder dar pasos firmes hacia fuera, he entendido que la única que puede hacer que el proceso sea más llevadero soy yo y la forma con la que decido enfrentar las circunstancias que no puedo cambiar.
No sé qué vaya a pasar ni cuantas Navidades me toquen por vivir, pero ahora mi corazón está ardiendo, está lleno de vida, de posibilidades, de fuerza, de amor, sigue latiendo y ese es el milagro que tanto pedí.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Cumpleaños

Hoy es mi cumpleaños y cuando has pasado por un tratamiento de cáncer decir eso produce una mezcla de emociones muy grande. Por un lado es la alegría de poder celebrar la vida, MI VIDA, poder celebrar que estoy aquí viva!!! Hace un año, cuando cumplí 33 estaba preparándome para que me quitaran una bola que me había sentido en el seno izquierdo. Hace casi un año me dijeron tienes un carcinoma y hace un año llegue a pensar qué tal vez no volvería a cumplir años. Y hoy estoy aquí celebrando mi cumpleaños!! Celebrando todo lo que me ha enseñado este año, todo lo que he vivido y lo mucho que me he transformado.
Hoy no es un día más o un cumpleaños más, es un día en donde se me salen las lágrimas al saberme viva, al saber que hay un camino por delante por caminar y descubrir, al saber que este año que termina sobreviví a las quimios, a la cirugía, al miedo, a la incertidumbre y que estoy aquí iniciando un nuevo año.
Este año que dejo atrás he crecido más que en todos mis años de vida, este año he visto, sentido y vivido el amor, la amistad, la oración de una manera tan fuerte, tan pura que no tengo palabras para escribir lo que me produce en el alma.
Y aunque no sé qué me traerá este nuevo año, dentro de toda esta incertidumbre, escojo la posibilidad de las alegrías, de la salud, del crecimiento amoroso y de los sueños realizados.
Hoy me celebro y me honro por qué estoy orgullosa de quien soy, celebro mi existencia en este mundo y digo GRACIAS!!! Gracias por estos pasos dados en este camino de la vida, gracias por las enseñanzas, por la magia, por lo compartido, por el amor, gracias por cada uno de los que han sembrado semillas en mi alma, gracias por este regalo tan grande que es ESTAR VIVA.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Recuperación

Hace un par de semanas di uno de los pasos que más me aterraban en este camino ya que para mí era entrar a un terreno oscuro y desconocido. Y es que palabras como: cirugía, anestesia, dolor, no provocan emociones agradables y los días previos a que me internaran tuve que hacer las paces con el miedo y pensamientos catastróficos para que cuando llegara el momento pudiera estar lo más tranquila posible y que la fe y la confianza en Dios y en los médicos fueran más fuertes que el miedo.
Esta etapa del camino de la cirugía y recuperación me ha enseñado varias cosas:
En primer lugar comprobé lo que bien dicen por ahí: “La Unión hace la fuerza” pues yo, realmente sentí el amor y las oraciones de todas las personas que me acompañaron. Fueron tantas las bendiciones y oraciones que recibí que para mi sorpresa cuando llegué al quirófano estaba tranquila y con la certeza de que todo saldría bien, de repente, cuando me estaban preparando y acomodando por un instante los nervios se empezaban a sentir y mi Doctorcita me tomó de la mano y gracias a eso supe que todo estaría bien, a través de ella sentí el amor de Dios y la fuerza que cada uno de ustedes me mandó, respiré profundamente y me dejé llevar, flojita y cooperando y cuando uno coopera con la vida todo marcha bien.
El camino continúa con la recuperación en donde realmente estoy aprendiendo a ser paciente, decidí que el tiempo en que trajera los drenes, iba a ser un tiempo de silencio y re-construcción para mí, han sido días largos y a veces tediosos en donde mis ganas de tener el control a veces me impacientan, en donde por momentos me he querido arrancar las mangueras, en donde he sentido el dolor y me pregunto ¿Por qué yo?, en donde me canso de no hacer nada, y entonces recuerdo que este es un camino, y que a veces en el camino para poder seguir hay que descansar, hay que recuperar fuerzas, hay que dejar lo que no nos sirve y sobre todo hay que darnos cuenta en qué lugar del camino estamos, sabiendo que para poder continuar caminando hay que estar fuertes y que los callos y ampollas de los pies deben sanarse. Así que tomo conciencia del lugar y el momento en donde estoy, respiro y de nuevo coopero con la vida.
También entendí que a veces en el camino no podemos solos y necesitamos ayuda, estas mangueras me han recordado lo importante que es ser humilde me han ayudado a desarrollar conciencia de mis propias limitaciones y debilidades, y obrar en consecuencia, me han permitido recibir la ayuda, apoyo y amor que necesito en estos momentos para terminar de reconstruirme.
Así que, aquí estoy celebrando el paso dado, recuperándome, tomando un respiro en el camino para poder continuar, aprendiendo a recibir y agradecida por todo lo que he recibido…. Salí de la cirugía sin senos pero con el corazón tan lleno de amor que no sentí que algo me faltara.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Cirugía

Tengo programada mi cirugía el miércoles en la mañana y siento que estoy preparándome para un viaje.
Tengo que hacer una maleta con pasta de dientes, cepillo y otros artículos que me piden en el hospital, tengo que buscar que ropa podré usar y prepararla.
Estoy llena de nervios y miles de emociones encontradas... Quisiera que la maleta fuera para unas vacaciones en la playa o para uno de esos viajes que te cambian la vida...
Ayer una amiga me dijo que me estoy preparando para darme vida a mi misma porque este intercambio en donde me despido de una parte de mi cuerpo es a cambio de salud y de años de vida.....así que decidí cambiar mi pensamiento y pensar que estoy preparándome para dar-me a luz y así mis miedos disminuyen por qué dónde hay luz nada malo puede pasar.
No voy a decir que no estoy espantada por qué ante una cirugía cualquiera se pone nervioso, todos tenemos miedo al dolor y al malestar y a todas las emociones que produce una operación y más cuando es una operación en donde te quitan una parte del cuerpo que socialmente te caracteriza como mujer o donde dicen que radica parte de la belleza ....
Y aunque escribo esto y mis lágrimas corren elijo y decido pensar en la luz y en la cirugía como la oportunidad de renacer nueva y diferente con cambios en mi cuerpo y en mi ser por todo lo que esto me está enseñando.
Y hoy te escribo a ti que lees esto para que desde tu trinchera me ayudes a darme luz... Por qué ante Dios todos somos familia y el poder de la oración es tan fuerte que dicen que si se hace con fe mueve montañas así que te pido mi amigo, mi amiga un momento de tu tiempo para mandarme luz que ilumine este proceso, que ilumine mi corazón, al quirófano, a los cirujanos, enfermeros y médicos. Te pido que se bendiga mi proceso y lo lleve a la sanación. Y que esas oraciones se unan y se multipliquen para todos los que están pasando por una situación de salud o de necesidad. Que florezca la luz en cada uno y que el cielo ilumine esta etapa del camino del cangrejo que solo me acerca más a la meta. 
#cancerdemama #elcaminodelcangrejo #cancersucks #fuckcancer

El cáncer

A cualquier persona le puede dar cáncer, no importa si es joven o anciano, rico o pobre, mexicano, madrileño o uruguayo.
Te puede dar cáncer si eres vegetariano, macrobiótico, comes pescado o muchos tacos. El cáncer no discrimina no importa sexo, edad o condición social todos somos vulnerables y eso se nos olvida.
Es por eso que a nivel mundial, octubre es el mes elegido para redoblar los esfuerzos que se realizan en la lucha contra el cáncer de mama, es un mes para generar conciencia y recordarnos que:
-No importa si eres rencorosa o has perdonado, te puede dar cáncer,
-no importa si en tu familia no ha habido casos, te puede dar cáncer,
-no importa si corres 20 kilómetros diarios,
-no importa si nunca tuviste hijos o tuviste cuatro… si tienes senos grandes o
pequeños….
-no importa, a cualquiera le puede dar cáncer.
Lo que sí importa es que el cáncer de mama detectado a tiempo es tratable y altamente curable y parece que hasta que le pasa a una prima o una amiga o alguien cercano, recordamos checarnos.
No solo en octubre, no solo en el mes rosa, pues el cáncer va más allá de un color, o de un mes, el cáncer no tiene tiempo, no sabe de colores ni listones, lo que sí se sabe es que la detección oportuna puede SALVAR TU VIDA.
Así que en este mes que se pinta rosa recuerda que vivir con cáncer no es nada rosa, toma conciencia de tu cuerpo y su autocuidado, tócate, habla, pregunta, visita al médico…
Que los listones sirvan para concientizar, para informar, para recordar que todos somos vulnerables, que los listones sirvan para unir, para contener, para agrupar esfuerzos y ayuda porque no es fácil, que los lazos sirvan para honrar y abrazar a todos aquellos que recorren el “camino del cangrejo” a todos aquellos que a pesar del miedo, del no saber, del sufrimiento, del enojo, del cambio, de la perdida han aprendido a pintar una sonrisa en su cara, han llenado de fuerza sus corazones y han seguido adelante…que los listones recuerden que para combatir el cáncer no se lucha, se educa.

Última Quimio

Hice este vídeo para celebrar mi última quimio, lo hice en honor a todos los que me han acompañado en este ciclo, a los que sin conocerme me escriben, a los que oran por mí, me mandan luz, a los que hacen que este proceso se más ligero…. A mis amores más cercanos que caminan conmigo y que no en cuerpo pero si en alma viven lo q siento.
Lo hice reconociendo a todos aquellos compañeros de batalla y amigos que he conocido por que han sido aliento, apoyo, compañía y espejos de la fuerza que llevo dentro.
En la sala de quimio estoy destruyendo al cáncer y me estoy reconstruyendo a mí misma. Y hoy celebro hasta donde he llegado. Reconozco y agradezco quien soy, mi capacidad, mi fuerza y la forma en la que he aprendido a pasar por todo esto. Celebro esta reconstrucción. Celebro que recibo mi última quimio y te digo a ti sea lo que sea que estés enfrentando, la vida sigue y los ciclos llegan a su final y los finales indican inicios y los inicios oportunidades de algo nuevo.


viernes, 14 de septiembre de 2018

El milagro

Hoy desperté y el primer pensamiento que vino a mi mente fue: ¡Estoy viva! Suena como un cliché pero en ese momento me di cuenta del gran milagro que es estar viva.
Soy paciente oncológico, estoy en tratamiento con quimios y el día de hoy estoy viva y eso significa una infinidad de oportunidades para ser y hacer.
Abrí los ojos y me di cuenta que de mí dependía cómo y qué iba a hacer con este milagro.
Podía empezar mi día y enfocarme en todo lo negativo, en todo lo que NO:
-No tengo mucha energía. Por el momento no tengo una vida normal, no tengo cabello, estoy en quimios y no me siento bien, hay momentos en que no es fácil, tengo efectos secundarios de los tratamientos, no me siento comprendida….
Pero… también existe la posibilidad de enfocarme en lo positivo, en todo lo que SÍ:
-Hay personas me acompañan y me apoyan, tal vez no entienden totalmente todo lo que vivo pero hoy están, hay alguien que me escribe, que me procura, alguien que despierta junto a mí… personas que están aquí y están vivos y son un milagro. Tengo un par de manos, tengo ojos, piernas……tengo malos días ¡pero TENGO DÍAS! Estoy en quimios, pero eso significa que tengo una oportunidad de luchar y vivir un tratamiento que me va a sanar, estoy cansada pero puedo terminar un libro pendiente, o volver a ver mi película favorita…
Así que hoy al despertar y darme cuenta de que estoy viva, encontré y entendí el secreto: Puedes tener cáncer o puedes estar sano, puedes ser millonario o pobre, lo que hace que la vida sea un milagro es que te des cuenta de que tú eres el milagro y que en ti está la capacidad de verlo, creerlo y crearlo!!!

¿Cómo enfretamos lo que nos toca vivir?

Son tantas las cosas que se reajustaron en mi vida cuando me dieron el diagnóstico de cáncer y cuando empecé los tratamientos. Tuve que re acomodar, re planear, re escribir, cuestionar, enfrentar. El cáncer ha venido a desafiarme en todos los planos de mi existencia:
• Físico,
• mental,
• emocional, 
• espiritual…
Son muchos los cambios, las pérdidas, las emociones, los pensamientos que se viven en el día a día con el cáncer que entre tanto movimiento, al final uno tiene que aprender a aceptar el proceso que se tiene que vivir.
Cuando se recorre este camino del cangrejo, no queda más que respirar profundo, afrontar la situación y comprender que hay circunstancias que no podemos cambiar, pero lo que sí podemos hacer es cambiar la manera en que enfrentamos esas circunstancias.
Mi vida ahora es diferente, tuve que adaptarme a los cambios que me trajo el cáncer, pero hay algo que he entendido y que todos los días me repito: en mí esta poder vivir esos cambios de la mejor manera posible. Hay hechos que no puedo evitar, pero sí puedo ponerme un sombrero, sonreírle a la vida y aceptar que ante aquello que no puedo cambiar sí puedo decidir cómo vivirlo.

Un mal día

Hay días durante el tratamiento en que como cangrejo necesitas guardarte en tu caparazón para recuperarte y tomar fuerzas, a veces me pasa que estoy harta y cansada de sentirme cansada, hay días que con todos los malestares y cambios físicos no me aguanto ni yo y solo quiero estar en silencio, acostada, no moverme, esperar a que todo pase, considero que estos días son necesarios. Antes me sentía culpable por tener días malos, sentía que no estaba dando batalla o que no me esforzaba lo suficiente, ahora con el tiempo he entendido que estos días difíciles sirven para liberar la presión de todo lo que se vive durante un tratamiento de cáncer y que son necesarios para poder agarrar fuerzas y seguir y que la “olla exprés” no explote.
Los días malos son parte de la vida y hay que vivirlos, llorar si se quiere llorar, gritar si se está enojado, no ver a nadie si no se tiene ganas, no es nada fácil vivir con cáncer y está bien hacerse el camino ligero y tener fe y echarle ganas, pero también está bien sentirse de la patada y enojarse y llorar y sacar toda esa mezcla de emociones por la que estás pasando. Así que cuando llegan esos días lo que me ha funcionado a mí es:
-Reconocer que es un mal día.
-Informarle a las personas que conviven conmigo que estoy pasando un mal día y qué es lo que necesito de ellos en estos momentos. Creo que es muy importante poder tener esta comunicación, a veces los familiares no saben qué hacer o cómo actuar ante una crisis de emociones del paciente durante el tratamiento, es normal que traten de levantarte, echarte porras o incluso decirte que no te estas esforzando y lo que tiene la intención de ser una ayuda a veces hace que las cosas sean más pesadas, así que si es un mal día trato de ser clara y expresarle a los que me acompañan lo que necesito, les digo cosas como: hoy es un mal día no necesito porras, no necesito que me digas que la guanábana ayuda al cáncer, no necesito que me digas que Dios manda las peores luchas a sus mejores guerreros, necesito que me abraces, necesito que solo me escuches, o necesito estar sola…
-Vivo y experimento todas las emociones que estoy sintiendo, lloro, grito, pataleo.
-Después de llorar hacer catarsis y berrinches, me consiento: como algo que me gusta, veo una película, me doy un baño de agua caliente, me arreglo, me relajo y ahí es cuando me doy cuenta que la presión ha disminuido que me empiezo a sentir más tranquila y ligera. Y que un mal día no significa que todo está mal, que un mal día es un respiro para agarrar fuerzas, que un mal día no es darse por vencida, ni rendirse, un mal día es algo natural y necesario y un mal día termina y al día siguiente es un nuevo día para comenzar.

lunes, 13 de agosto de 2018

Ten Fe

Cuando me dijeron que tenía cáncer estaba en shock, completamente aterrada y paralizada. Recuerdo a los pocos días de la noticia que salí a caminar al parque buscando un momento de silencio y con lágrimas en los ojos comencé a hablar con ese algo superior al que llamamos Dios le expresaba que me sentía como un gusano, pequeña, frágil, lenta, vulnerable, sin entender nada de lo que me estaba pasando y sin saber por qué me estaba pasando a mí….quería que todo esto terminará y ni siquiera había empezado. Recuerdo que me senté en una banca y me sentí inmensamente sola, esa sensación fue desapareciendo cuando me distraje viendo a unas mariposas revoloteando sobre las plantas junto a mí. Desde niña me han gustado las mariposas y siempre he creído que cuando las veo volar son portadoras de buenas noticias o una señal de algo bueno. El día de hoy, ocho meses después de ese día en el parque, he entendido que esas mariposas eran una señal de ese Dios con el que estaba hablando, a través de ellas, él me decía que tenía razón en sentirme como un gusano pues realmente era como uno y estaba a punto de iniciar una transformación. Y así como la oruga se enfrenta a una batalla para poder renacer y convertirse en mariposa, siento que mi camino en el proceso de esta enfermedad es similar a la batalla que tiene la oruga, en la cual debe de desprenderse de lo que es, en la que sufre cambios físicos, momentos de oscuridad, en donde siente que ya no puede, o que se acerca su final, batalla en la cual debe de detenerse, guardarse en su capullo y reconstruirse. Y luego tiene que ser valiente y soltarse a lo desconocido para descubrir que ahora tiene unas hermosas alas con las que puede volar. Ocho meses después supe que ese día en el parque ese ser superior al que llamamos Dios me dijo que tuviera fe y me entregará sin miedo a este proceso de reconstrucción y renacimiento y tengo la certeza de que en mi camino de sanación pronto abriré mis alas y renaceré como una mariposa.

Un nuevo ritmo






Agradece todo lo que te ha enseñado y dado la enfermedad. Mírala de frente y dile “cáncer, ¡saldré adelante!”.