Hoy hace tres años me pusieron el botón y no quería dejar de celebrarlo, pues este catéter me salvo de los dolores de piquetes en las quimos y ahora gracias a él cada día tengo presente que las tormentas pasan y que los miedos desaparecen cuando los enfrentamos.
Siempre que lo veo, o lo siento me recuerda que tuve cáncer, que por él pasaron 16 quimios, 18 vacunas y que hoy estoy viva. Así que se ha convertido en el botón recordatorio de milagros.
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