viernes, 6 de agosto de 2021

Eligard

 

A principios de Mayo me tocaba la tercera dosis de mi medicamento y como muchos otros medicamentos oncológicos no me lo pudieron poner pues está en desabasto. Pasé 15 días de incertidumbre, búsqueda, angustia, coraje, frustración, miedo... por no tener mi tratamiento a tiempo.
Por fin pude recibir mi medicina y no saben lo feliz, agradecida y bendecida que me sentí de recibir mi piquete en la panza. (Tuve que comprarlo por fuera, porque no llegó y no podía esperar más)
Cuando comencé con este nuevo tratamiento que tiene como función prevenir que el cáncer regrese, fue muy difícil para mí pensar que tendría que seguir 5 años más de mi vida en este camino del cangrejo, con visitas a la sala de quimio cada 3 meses, piquetes en la panza y sobre todo me pesaba por los muchos efectos secundarios que trae sobre mi cuerpo.
Pero después de este periodo en el que mi tratamiento se vió interrumpido no saben la alegría que me dio y lo afortunada que me sentí por tener mi medicina. Y cuanto valoré ese piquete.
Hay muchas personas a las que quiero agradecer por poder hacer esto posible, comprendí literalmente lo que significa Red de apoyo, por que justo cuando sentía que todo estaba complicado, llegaron ángeles que me sostuvieron, me ayudaron, me apoyaron y fueron cómplices de que yo pudiera seguir con mi tratamiento.
Gracias a cada uno de ustedes por su ayuda, por compartir mi trabajo, por leerme, por su empatía, por su cariño, por sus contactos, por darme trabajo, por su búsqueda, por su bondad. Gracias por su amistad.
Gracias a mis doctorcitas, a mis enfermeras, a las personas que trabajan en el hospital por ser tan lindas, tan humanas, por hacer todo lo posible para que los pacientes estemos bien a pesar de las carencias que hay en el Sistema de Salud.
Es obvio pero no quiero dejar de agradecer a mi familia que siempre está, a mi mama por que esa incertidumbre, búsqueda, angustia, coraje, frustración y miedo también fueron de ella. Y a mi compañero que no me suelta, es el que me levanta o se acuesta conmigo, mi gasolina cuando no puedo más.
Gracias a Dios que a través de cada uno de los que me sostienen me cobijó con sus brazos y me hizo saber que los milagros suceden mediante canales inesperados.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario